Lo siento,
por los que no nacieron a tiempo
y te ven mayor.
También por los precoces
que te llaman niña
sin mirarte la suela.
Lo siento,
porque me eliges a mí
y no pueden ellos entender el paraíso.
Lo siento,
por los que te ponen otros nombres,
por los que te pronuncian sin saberlo
cuando hablan de orquídeas
y amapolas.
Yo tengo la suerte
de saberte de memoria,
de que me llames tesoro
por ser rico en defectos.
De encontrarte recíproca,
viceversa que encajas,
quimera del despierto
que se atreve a soñar
con la belleza.
Lo siento,
por ellos y por ti,
perdición que todo lo amparas.
Pero sobre todo por ellos
que creen que eres verano
en su norte
y te ven diamante.
Cuando eres de hilo,
azabache de sábanas,
eterno octubre.
Que siempre
estás entre la raíz
y el otoño,
que deshojas los días
y te pareces a todas las cosas.
Lo siento,
por los que te usaron de trinchera.
Por los que no entendieron
que giras en círculos,
que te alejas
y vuelves
como una noria que mira al cielo.
Lo siento,
de veras,
por todos los que no supieron ver
que puedes
ser princesa
en todas las esquinas
y puta
de un solo hombre.
V.
Menos mal que lo sientes y no pides perdón. :)
ResponderEliminarEspectacular. Una maravilla.
ResponderEliminarHe puesto un enlace a tu poema en mi blog.
Por favor, si no lo quisieras, dímelo, que sin problemas lo quito.
Saludos.
Al contrario. Muchas gracias por compartir. Me alegro de que te guste :)
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