viernes, 6 de febrero de 2015

HUMO



Absorbo negrura del cigarrillo,
con avidez,
en un intento desesperado
de llenar el vacío.

Me desdibujo
con las formas deformadas del humo,
voluta de tristeza dócil
que abraza el aire.

El calefactor se activa
llevándose todo con su flujo caliente.
Todo, menos el cenicero que permanece
como un cementerio de pretéritos.

El tiempo no se apiada
del cigarrillo y lo consume
convirtiéndolo en un puente
de ceniza,
hacia ninguna parte.

Aplasto la inservible colilla
que antes besaba mi boca.
Con los dedos aún sujetando
su cuerpo inerte
me da por sonreír
al entender
que el mundo cabe
(de sobra)
en una metáfora
tan pequeña.

V.


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